martes, 8 de septiembre de 2015

Más allá del Jardin. Antonio Gala

Hace un par de semanas, terminé de leer Más allá del Jardín de Antonio Gala. 

El precio del libro es 14,95 (aunque según la portada del libro que he leído yo, es 590 pesetas... es algo viejuno), la editorial, Planeta. 
El año de publicación es 1995. 

La contraportada dice:

Palmira Gadea, una aristócrata sevillana, ha vivido al resguardo de su precioso y cuidado jardín. Ese orden artificial se ve invadido por el inexplicable desorden del mundo que la rodea. En ese más allá del jardín hallará una realidad viva, infinita, feroz pero enriquecedora, en un lugar donde jamás pudo imaginar que habría de encontrarse con su postrero y más grande amor, y con su serenidad última.



Mi resumen puede ser:

Palmira es una mujer en el otoño de su vida, que ha vivido en una sociedad de apariencias, en la que ella era de las mejores actrices. Tras los sofocos de la menopausia la cabeza se le desajusta un poco, y parece que pone un pie en la realidad, entendiendo que hay vida más allá de Sevilla y de su jardín, de la burguesía de golpe en pecho y de pantomima. Despierta de un sueño donde ha vivido más de 50 años de su vida, viendo que lo que le rodea es mentira, e intenta cambiar su vida, darle sentido. 
Decide irse a Ruanda y allí pasará los momentos más dulces de su vida, y algunos de los más crueles. 


Mi opinión, 

Palmira me parece de lo más insoportable, déspota, consentida, antipática, hace daño a toda su familia, siendo pieza trascendental en la tragedia de un hijo, ayudado por su amor platónico. 
Es egoísta, frígida, hostil y manipuladora. Vamos, que no me ha caído nada bien, no he podido compadecerme de ella, en ningún momento, ni al final, cuando se vuelve más humana. Ya que en caso de tener compasión es con los personajes que la rodean, no con ella. 

Es verdad que sufre una transformación de 180º y que cambia su forma de ser y pensar, pero aún así...

Gala nos plasma la Sevilla de pantomima que en algunos sectores a día de hoy sigue vigente, ese mundo de apariencia y de estatus social tan arcaico, que no pega con la Sevilla Cosmopolita que lucha por abrirse camino entre tanta tontería. 

La novela va de tragedia en tragedia, y termina con más tragedia, cosa que no me disgusta, ya sabéis que yo soy de matar al apuntador.  
Los sentimientos quedan finamente reflejados, y la unión entre la Sevilla de pandereta y el drama que se vivía en Ruanda (como el que en mayor o menor medida se sigue viviendo en muchos países africanos) me parece excelente. Es una lección de vida, plasmar ante la vida plana de una persona una realidad cruel. Para ver que lo peor que le puede pasar a una mujer no es la menopausia, sino que aparte de las narices de la protagonista hay dramas, y sentir de verdad el dolor. 


Lo que más me ha gustado, el mazazo que da Antonio Gala a la sociedad sevillana de duquesa y castañuelas, de pobres de vestir y de ignorancia por ignorar.  (Ojo, que no me meto con Sevilla, sino con ese sector rancio que todos los de allí sabéis que existe)

En definitiva, me ha gustado mucho el libro, aunque muera hasta el apuntador, me parece un crítica social a la simpleza de la raza humana, egoísta y teatrera.

5/5